2 jun 2009

El falo hercúleo y la gitana Gerión

Hartos de tanta presencia fálica, de tanta luz, de tanto giro, algunos coruñeses nos planteamos hace hace ya tiempo el motivo de semejante monumento bélico al que fue el enemigo más horrendo al que cualquier guerrero hubiese podido enfrentarse.
No nos salen las cuentas.
Por qué iba el pobre Heracles a abandonar África dispuesto a robar el ganado al Jesulín "Gerión", monstruo y gigante de tres cuerpos, utilizando hasta la hermética treta del retroceso vacuno???? Por qué iba Gerión, gaditano de pro, con su gorrilla marinera y su pecho poblado de vírgenes del Rosario, con un ducados malherido en la comisura, a abandonar Tartessos, dejar la tacita sola por un mandoble bien dado al paleto Heracles, abandonado en su refugio septentrional????
Había cosas que no cuadraban en la "historia". Hasta que el Sanjuán y la Mahala argumentaron en mi favor, y por fin vimos esos pechos zíngaros en Gerión, esa cintura trepadora, ese cantar salvaje que adormilaría a cualquier héroe o dios. Una noche de locura en el Barrio de Santa María, en la Victoria, en Santiago: palmas, fino y vino de Chiclana. Un Heracles perdido, desconocedor de tales cantos en la tierra infinita del masallá, adormilado por "la bellota buena". Se dejó llevar el bárbaro por la lujuria, no pudo apartar la vista de esos ojos y acabó con el vino, con el cáñamo, con la alegría.
Gerión despertó, aupado por su madre, gitana vieja, y en su cara encontró los reproches de una tierra ya baldía, horadada por unos africanos, con un tal Eneas a la cabeza, perdidos y endemoniados. Sosegada por las voces familiares remontó la ruta hacia el Jerte, más allá del río del Olvido, y arrivó a la Artabria, para entregarse toda o cobrarse la esmorga en vacuno y empanada.Pero Hercules se resistió y, en su hombría de "paco"tilla, apartó la faz a la gitana que había atravesado la piel de toro en su procura.
Ella se volvió, triste ya. Recordaba los últimos compases apenas: tirititrán-trán-trán,.... estan pues--tosenbalaaaaaaaaaaaaanza, doscorá-zonesauntieeempooooooooo. Verea del camino...
Hercules apenas tuvo tiempo para ordenar a sus siervos irmandinhos que construyeran una alta torre, por ver si todavía pudiera disfrutar de ese culo endiablado en la seda envuelto, volviendo a la bahía, cruzando Aracena camino de Sanlúcar. Pero no vio nada. Hercules nunca volvió a disfrutar de esos labios gaditanos. Gerión yace en la Caleta, picando cazoncito en adobo. Humando pitillos. Alegre. Lejos de las lágrimas verdes de un bárbaro del norte que un día prometió amarla hasta el final de la tierra. Lejos de una torre que le quisieron entregar a cambio por toda la pasión de una flamenca salvaje.
No, coruñesitos de bien, no es una victoria lo que indica el Faro. Es la pequeña muerte de un dios en manos de una zíngara caletera. Y eso, el amor, como ya indicara un Bataille entretenido en el "picoteo" Blanchardiano: no hay Torre que lo supere. Ya lo decía José... el barquito de vapor, está hecho con la idea que, en echándole carbón, navegue contra marea...

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