Anodadado. Comprendo mil veces mejor el miedo de muchos al despertar del dragón asiático. Mil millones de seres en el engaño, comprando todo tipo de aparatos electrónicos al mismo precio que en Europa, pero con un salario 10 veces inferior.
En resumen, un engaño, el despotismo maoista no es más que un engaño que ya dura demasiado porque yo no tengo miedo de ese despertar.
Fenghua, Ningbo, Xikou y Shanghai, el gigante de cemento, donde el futuro de la ciudad es ya un presente de miseria y centros comerciales abarrotados. El glamour de millones de adolescentes que repasan diariamente en el espejo la pose de ese ídolo de la MTV y se sonrojan por la belleza de un gallego de metro ochenta que apenas conoce el significado de la palabra peine.
Con entrevista para la CCTV incluida, me siento un colaboracionista apoyando con mi esfuerzo y mi trabajo a una horda de retrasados mentales casposos que, a golpe de brindis, al más puro estilo Kazajo, bombardean a la población con esloganes repetidos por doquier: amor, desarrollo humano... mentiras.
China es una gran mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario