Genialidad... por el culo

Uno siempre cree que sus miserias darán algún día paso a la vida del genio que habita en el cuerpo de al lado, pero de repente abre el lector de noticias y se encuentra con un post que le hace replantearse esa genialidad oculta, esa irreverencia aplazada, para conceder un poco más de pasta con berenjena a la concupiscente barriga y cambiar el canal del televisor. Las cosas podrían ser de otra manera. Esto es lo que me sugirió, en primer término, la obra de Santiago Sierra, ya comentada en anteriores post.

Los penetrados

While in Madrid, i discovered that Santiago Sierra had a show at the Helga de Alvear gallery. I dragged my paracetamols, high fever and microbes out of the bed and headed to Calle Doctor Fourquet. I felt so bad that day i thought nothing Sierra could do would affect me. The show is called Los Penetrados / The Penetrated and it is exactly what you imagine. Sierra hardly ever trifles with subtlety.

First act: 10 white race men penetrated 10 white race women

October 12th is the National Day of Spain. It used to be called Día de la Raza (Day of the Race) as a celebration of the day Columbus arrived in the Americas, the day Europeans encountered Native Americans. Several countries celebrate October 12th. Over time, however, Día de la Raza took the form in many countries of a counter to Columbus Day. It is used to resist the arrival of Europeans to the Americas and celebrate native races.

Fifth act: 3 black race men penetrated 3 black race women

On October 12th, 2008, Sierra shot The Penetrated, a series of photographies and a 45 min video in 8 Acts.

Couples are geometrically arranged into compositions of up to 110 bodies with two colours. The Acts feature the various possible combinations of penetrator / penetrated: white man-white woman, white man-white man, white man-black woman, white man-black man, black man-black woman, black man-black man, black man-white woman, black man-white man. The persons' faces have been digitally erased to accentuate the modular character of the actors. A mirror set at an angle behind the actors multiplies the couples and the viewpoints.

The current reality of Spain can be applied to the body patterns.

The theoretical structural geometry of the action is echoed in a weave formed by the 10 blankets on which the successive couples are to be placed. The reality of the proposal is expressed when some of the blankets are left empty in those Acts in which the circumstances did not provide the necessary elements/actors to undertake it. For instance, in Act 3 there are only three couples, given that due to police pressure the majority of women did not turn up. On another note, social and cultural conditioning hampered the appearance of passive black men.

The final element of the action is the penetration and the negative connotation that almost inevitably accompanies it. The title of this work "Los penetrados" [The Penetrated] throws the focus onto the passiveness and submission of the penetrated.

Sierra explains his work as a comment on immigration and racial issues: "The traditional paranoia of white people towards black people or of Europeans towards Africans is linked to a strong phobia. We thinks that sooner or later we will have to pay for our past and present greedy misdeeds. But this white paranoia is also related to the size of the dick or to the fear of a sexuality that demeans us. Our female and males might fall in love with it and that frightens us more than the perspective to lose our jobs, only your boss can take work away from us. The political reflections and the actions that derive from them are more primitive than what is ordinarily thought. Behaviours of racial identity are very animal because we are animals."

Last act: 10 black race men penetrated 10 white race men

On view until February 28, 2009 at Helga de Alvear gallery in Madrid. There's another work by Santiago Sierra on view in London until the end of the Year, Death Counter.

Previously: Holocaust installation by Santiago Sierra, Guantanamo museum and other tales of extraordinary rendition at Helga de Alvear gallery in Madrid, Image of the day, All-Inclusive. A Tourist World.

De http://www.we-make-money-not-art.com

La miseria

3000 fosas para inmigrantes en Vejer. Santiago Sierra.

Cada día me sorprende más la humanidad. Sí. Aunque quizá sería más inteligente, y denotaría una mayor madurez intelectual el decir precisamente lo contrario ("ya nada me sorprende", "estoy curado de espantos" y demás sandeces a las que aludimos cuando no tenemos ganas de ver nuestro ego pisado) sigo sorprendiéndome en un alarde de segunda (o enésima) juventud. Ahora lo que viene pegando fuerte entre los universitarios con arrugas es jugar a las maquinitas, a ver cuantos años me puedo quitar de encima con un par de juegos matemáticos y tres trabalenguas psicofláuticos. Pues no, señoras, no. A mí me parece que más les valiera levantar la vista de la maquinita y juguetear con otra índole de artefactos, que de tan poco querernos ya ni recordamos para que los portamos.
El otro día tuve el placer (porque no, no me ha hecho nada todavía) de conocer a una mujer que, después de 10 años casada, de nuevo se ve en la necesidad de salir por las noches, ser simpática con los desconocidos y demás tonterías que hacen los seres humanos con tal de no afrontar su soledad por derecho. Eran tan torpes sus palabras, tan poco atractivas sus maneras, que no me sorprendería que el próximo desengaño sea aún mayor, pues resulta evidente que no será por amor (o sí, vete tú a saber, hay especias para todos los guisos) el próximo que preste atención a semejante desatino de mujer. Rondando la cuarentena, deshilachada como una muñeca usada, intolerante, susceptible y muy dependiente: con ese perfil es cierto que una consola podrá por fin hacer honor a su nombre.
Ahora el barroquismo publicitario opta por los personajes cotidianos, deformes, "realmente" monstruosos, diría yo, como antídoto ante la perfección de los cuerpos y los movimientos, que si antes se limitaba al ámbito publicitario ahora parece invadir todo lo público (presentadores, comerciales, profesores de universidad, telefonistas,...). Nos muestran las miserias de los mediocres en un intento ladino de captar nuestra atención por semejanza (viejo principio amatorio). Señores, por favor. Ni somos tontos, ni estamos orgullosos (aunque tampoco arrepentidos) de nuestras miserias ni queremos comprar nada.
Lo que queremos es PODER comprarlo. A ver si se enteran de una vez. En el fondo, ellos y nosotros no somos tan diferentes.